La operación de calentamiento del agua sirve para disolver las distintas grasas presentes en el talco, pero repetimos, no debe hervir. Tenga cuidado de no inhalar los diferentes polvos de talco durante la distribución. Una vez añadido al agua, mezclar bien para que se una al líquido: todo tomará un color blanquecino.
En este punto podemos poner todo en un recipiente que nos permita pulverizar fácilmente sobre las superficies: pensemos en un recipiente clásico con pulverizador, quizás reutilizando el que tenemos vacío en casa. Asegurémonos de lavarlo primero.
Cómo limpiar.
En este punto ya tenemos todo lo necesario para limpiar los cristales. De nuevo, podemos lavar cualquier tipo de vidrio: piense en ventanas, espejos y tableros de mesa.
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