1 Lo primero que debes hacer para preparar pollo frito KFC es hacer una tempura. Para ello, pon en un recipiente bastante grande 300g de harina y una cucharada de cada una de las especias que hayas elegido.
Añadimos también una buena pizca de sal.
Puede que os parezca demasiado picante, pero aquí está el secreto de la receta. Además al comer dan ese sabor que queremos, pero no se notan tanto en la boca.
Añadimos también la leche, entre 350 y 400 ml.
La cantidad exacta dependerá mucho de la marca de harina utilizada.
La idea es mezclar todo con una batidora y dejar una masa más bien licuada, pero con mucho cuerpo. Cuando todos los ingredientes estén bien mezclados, pasamos la varilla por encima de la tempura y, si se pega pero cae enseguida, quedará con la textura exacta que queremos.
2. Ahora ponemos el pollo sazonado dentro de la tempura.
Lo tapamos bien con y tapamos. Dejar macerar al menos una hora en el frigorífico. Si es más largo, mejor.
3. Pasado el tiempo, preparamos la masa exterior que llevará el pollo.
Ponemos en un plato los 100g de harina que teníamos reservados y añadimos media cucharadita de las mismas especias que habíamos añadido previamente a la tempura. Removemos todo bien para que se mezclen todas las especias con la harina.
4. Sacamos el pollo de la nevera y, sin quitar demasiado exceso de masa de tempura, lo pasamos por harina. Deja que la absorba bien. Luego lo ponemos en abundante aceite de oliva, a fuego fuerte pero no demasiado o quedarán crudos por el centro (yo lo hago a una potencia de 7, de las 9 como máximo que tiene mi vitrocerámica) y lo freímos. Estarán listos en unos 10 minutos.
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